«El mundo ha pasado por una crisis global a raíz de la pandemia, eso ha tenido un impacto socioeconómico a nivel internacional y obviamente en Cuba esas consecuencias se acrecientan por los efectos del bloqueo de Estados Unidos, intensificado en los últimos años», apuntó el funcionario.
En entrevista concedida a Prensa Latina en esta capital, donde se encuentra para liderar la décima ronda de conversaciones migratorias entre ambos países, Soberón subrayó que la compleja situación económica de la nación antillana agudizada por el cerco influye directamente en la decisión de los cubanos de salir de su tierra natal.
A eso se suma, agregó, el incentivo al flujo migratorio irregular con beneficios que no tienen el resto de los migrantes en Estados Unidos, como la Ley de Ajuste Cubano.
Según argumentó el diplomático, todos esos factores crean las condiciones propicias para la emigración, pues por un lado se obstaculiza el desarrollo del país y el nivel de vida de la población, y por otro otorgan privilegios a los migrantes.
Sin embargo, existe una manipulación mediática del tema y tratan de culpar al gobierno cubano de supuestamente no cubrir las expectativas de la población, subrayó.
En ese sentido, se refirió a cómo utilizan el falso pretexto de que Cuba es un “Estado fallido” cuando en realidad en el mundo entero los migrantes se mueven de países de menos desarrollo a países de más avanzados.
Soberón señaló que una estrategia diferente por parte de la Casa Blanca con respecto a la nación vecina, como la puesta en práctica alrededor del año 2017, evidencia que es posible un movimiento de viajeros regular, ordenado y seguro.
Por otro lado, comentó que la emigración irregular no solo afecta a Cuba y a Estados Unidos, sino a los países de tránsito, porque a pesar de que esas personas salen del territorio nacional de manera regular, cuando comienzan el tránsito hacia el norte del continente necesariamente se convierten en víctimas del tráfico.
Ante un escenario en el cual el número de cubanos fuera de las fronteras se incrementa, el gobierno de La Habana apuesta por mantener y reforzar los vínculos con sus ciudadanos.
Tratamos de mantener las relaciones con la emigración e incluso de crear mecanismos para que quienes lo deseen puedan contribuir al desarrollo económico y social del país, de sus provincias y comunidades, aseveró el representante de la Cancillería cubana.
Además, recordó la participación de los emigrados en debates de proyectos de leyes como la Constitución y el Código de las Familias, dos normativas a las cuales aportaron con las experiencias adquiridas de las sociedades donde están hoy radicados.
Resaltó que todas las decisiones adoptadas en los últimos tiempos buscan justamente fortalecer los vínculos con la comunidad cubana dondequiera que se encuentre.
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