La obra integra el calendario de presentaciones previsto del 17 al 26 de marzo, el cual incluye los estrenos Otra bella cubana, de la española Susana Pous, Ballet 101, del canadiense Eric Gauthier, y A fuego lento, del brasileño Ricardo Amarante.
Según señala la información difundida por la compañía, que dirige la primera bailarina Viengsay Valdés, la coreografía de Ratmansky «es un ballet abstracto, que demanda mucho esfuerzo físico, optimista y que tiene de base una de las composiciones más bellas del siglo XX».
Durante su presencia en la isla en 2019, el artífice de esta propuesta explicó que la obra debe su nombre a las iniciales del compositor Dimitri Shostakovich, que él usaba como firma.
Se basa en las emociones, el optimismo y el idealismo, argumentó el creador, quien destacó cómo la pieza es expresión de una etapa de reconocimiento de la libertad en Rusia, donde entendieron que podían construir familias.
Nuevamente el Ballet de la isla exhibirá su maestría con una obra demandante y precisamente firmada por Ratmansky, un coreógrafo reconocido a nivel internacional, muy demandado, de una trayectoria increíble y posicionado entre los mejores del mundo.
Su trabajo exige de la alineación local una mayor preparación, pues la pieza presenta nuevas tendencias en el movimiento con momentos suaves y otros rápidos, al tiempo que pone en escena a dúos, tríos y cuerpo de baile en general.
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