Medios como la cadena Franceinfo y el canal BFM TV citan reuniones internas esta semana de la fuerza política gobernante, antes llamada La República en Marcha, en las que se abordó la decisión, con el argumento de la unidad en el respaldo al considerado proyecto estrella del presidente Emmanuel Macron.
Según la prensa francesa, los diputados que no den el Sí a la reforma también serán separados de las comisiones parlamentarias.
La iniciativa, que incluye la polémica extensión de la edad legal de retiro de 62 a 64 años, es examinado hasta el domingo por el Senado, después de que en febrero la oposición al texto impidiera su voto en primera lectura.
El proyecto para cambiar el sistema de la jubilación será analizado el 15 de marzo en una comisión mixta de siete senadores e idéntica cantidad de diputados, antes de su regreso el 16 de marzo a la Asamblea Nacional, instancia que en Francia tiene la última palabra en el ámbito parlamentario.
Sin embargo, por tratarse de un proyecto de ley de financiación rectificada de la seguridad social, el Gobierno apeló a la vía acelerada para su discusión, y si para el 26 de marzo no hay un voto en el Hemiciclo, podrá ponerlo en práctica por ordenanza, aunque el Ejecutivo prefiere dotarlo de una imagen democrática.
Dentro del oficialismo hay algunos diputados en la Asamblea que no parecen dispuestos a apoyar la reforma, como la exministra Barbara Pompili, lo cual explica el ultimátum interno.
La noticia sobre esta presión salió a la luz en el contexto de un paro y de nuevas manifestaciones contra el proyecto, en la sexta jornada de movilizaciones convocada por los sindicatos, después de las celebradas el 19 y el 31 de enero y el 7, el 11 y el 16 de febrero.
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