La puerta está más que abierta, estamos por el diálogo, señaló en la cadena RTL el portavoz gubernamental, Olivier Véran, ante el llamado anoche de los sindicatos a una reunión de urgencia con el presidente Emmanuel Macron, quien pide a los franceses trabajar más para salvar el déficit financiero del sistema de la jubilación.
Después de una movilización histórica ayer, con 3,5 millones de manifestantes, según la Confederación General del Trabajo (CGT), la Intersindical opuesta a la reforma pidió el encuentro con el mandatario.
Véran no confirmó la eventual reunión, esgrimiendo que él «es un vocero, no el Elíseo».
Los gremios decidieron escalar en las protestas contra la reforma y sus artículos más polémicos, como la extensión de la edad legal de retiro de 62 a 64 años.
El ministro del Trabajo, Olivier Dussopt, reconoció la magnitud de las marchas de la víspera en suelo galo y dijo que hay voluntad de diálogo de parte del Ejecutivo, aunque sin abandonar el proyecto que debate el Senado.
Seguimos las movilizaciones, siempre supimos que sería difícil, pero sabemos que es necesaria la reforma de la jubilación, insistió en la emisora France Inter.
Para el secretario general de la CGT, Philippe Martinez, el presidente Macron ignora deliberadamente lo que ocurre en las calles y el rechazo a su iniciativa, también cuestionada por recoger el aumento del período de cotizaciones y la eliminación de regímenes especiales de pensiones.
Usted no puede ignorar lo que está pasando en el país, usted ha hecho de la reforma un asunto personal, denunció el dirigente en el canal BFM TV.
También el secretario general de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo, Laurent Berger, instó al Gobierno a abandonar su postura de oídos sordos y destacó la movilización de ayer.
Los sindicatos ya anunciaron para el sábado una nueva jornada de protestas, y otra en un día por precisar de la próxima semana.
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