La relación incluye a un centenar de curas en activo que abusaron de menores, según las denuncias recogidas y validadas por la comisión y fue entregada la pasada semana a las diferentes diócesis del país.
A través de un comunicado la representación religiosa de Angra do Heroísmo, en la región Autónoma de las Azores, explicó que recibieron dos nombres, un cura de la isla de São Miguel y otro de Terceira.
La decisión no supone una asunción de culpa de los sacerdotes ni una condena del obispo, sino que sigue las recomendaciones del papa Francisco sobre procedimientos para afrontar casos de abuso de menores en la Iglesia católica, señaló el texto.
El documento añadió que “La Iglesia (católica) no puede siquiera intentar esconder la tragedia de los abusos y agregó «que actuaremos con tolerancia cero con los abusadores”.
Las medidas a adoptar contra los sacerdotes sospechosos de abuso sobre menores generaron división dentro de la Iglesia (…) y el cardenal patriarca de Lisboa, Manuel Clemente, defendió el pasado domingo que sólo la Santa Sede puede suspender a un sacerdote sospechoso si hubiese “hechos comprobados” tras un proceso canónico.
La comisión de expertos que investigó los abusos concluyó que hay al menos cuatro mil 800 víctimas en el país.
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