Expresó, en un aparte con la prensa, que este año ha sido muy estimulante realizar la XXXI edición pese a las dificultades económicas, recrudecidas por el bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos contra Cuba, entre otros factores como la Covid-19.
Tiene como país Invitado de Honor a Colombia y su temporada en La Cabaña, en La Habana –del 9 al 19 de febrero-, con un número notable de novedades tanto de las llamadas editoriales nacionales como de las que conforman el sistema de edición territorial, dijo.
El titular de Cultura destacó el protagonismo de los escritores cubanos, “por ser una feria en medio de una campaña feroz de enemigos intentando subvertir y dividir, con cizaña y calumnia, al movimiento artístico y enfrentarlo a las instituciones de la Revolución”.
Asimismo, resaltó el clima de unidad mantenido por la feria todos estos años con lo mejor de la intelectualidad, en torno a la política cultural, con capacidad de creación y resistencia. Lo digo tanto por lo visto en La Cabaña como en otros territorios, agregó.
Salió hacia los barrios, articulándose con escuelas, bibliotecas, universidades, hospitales, fábricas, casas de abuelos y de niños sin amparo familiar, de modo que es un evento cultural de pueblo y el libro sigue teniendo presencia y es compañía real de los cubanos.
Esto hay que significarlo en tiempos donde la banalidad se promueve a escala global, muchas veces con productos sin ningún valor, y hacer ese esfuerzo por impulsar la lectura y alimentar esa avidez en los estudiantes, jóvenes y público lector es algo muy plausible, señaló.
Ello demuestra la voluntad política de nuestro país de sostener y estimular la cultura, que sigue siendo central en nuestro proyecto socialista, puntualizó.
“Hay hermandad entre los escritores, ellos son protagonistas junto a los lectores, eso caracteriza a nuestra Feria del Libro y debemos estar contentos de que la idea del Fidel de extenderla por todo el país se esté cumpliendo a pesar de todas las dificultades”, finalizó.
El ministro de Cultura participó este sábado en el capítulo espirituano de la denominada fiesta de las letras, acompañado por Juan Rodríguez, presidente del Instituto Cubano del Libro, junto a un grupo de reconocidos intelectuales cubanos entre ellos el poeta Waldo Leyva.
En la Biblioteca Provincial Rubén Martínez Villena compartió la presentación de la novela Los caminos del viento, Premio Alejo Carpentier 2020, del escritor espirituano Julio M. Llanes, que toma como eje central a la ciudad de Trinidad del siglo XIX.
Juan Eduardo Bernal, presidente de la filial de la Sociedad Cultural José Martí en Sancti Spíritus presentó la obra.
Mañana concluye aquí la XXXI Feria Internacional del Libro que está dedicada al escritor e investigador Mario Luis López, con varios volúmenes donde aborda los estrechos vínculos entre las Islas Canarias y Cuba. El evento recorrerá luego la zona oriental del país.
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