A escasas horas de los 145 años de la Protesta de Baraguá, protagonizada por el Titán de Bronce y devenida símbolo de la firmeza revolucionaria de los cubanos, la cátedra honorífica -consagrada en la Universidad de Oriente al líder histórico de la Revolución- desarrolló una nueva peña La Sierra.
Con ese nombre, alusivo a la última etapa de las gestas insurreccionales en el principal sistema montañoso del país caribeño, volvieron a juntarse estudiantes y profesores de la institución docente para profundizar en acontecimientos y protagonistas trascendentes de la historia nacional.
El doctor Manuel Fernández Carcasés, reconocido como un destacado estudioso de Maceo y autor de la más reciente de sus biografías, se refirió a su impronta en Fidel y, sobre todo, al estudio profundo que este realizó del gesto rebelde y digno, protagonizado bajo los Mangos de Baraguá.
Afirmó el historiador que ese análisis concienzudo fue el que lo llevó a considerar que Cuba será un eterno Baraguá, una convicción refrendada en el 2000 con el Juramento en ese histórico lugar, ante la creciente hostilidad del gobierno de Estados Unidos y el secuestro del niño Elián González.
“En el proceso que llevó a la entrevista con el general español Martínez Campos, más allá de esos minutos en sí mismos, se resumen los principios que ha enarbolado por siempre la Revolución Cubana”, aseveró el intelectual, cuando valoró las circunstancias previas al acontecimiento.
Aludió al paso victorioso de Maceo y sus tropas en tierras orientales durante los comienzos de 1878, cuando se firmó el ominoso Pacto del Zanjón en Camagüey, sin independencia real ni abolición de la esclavitud, tras lo cual el adalid concibió acciones con la unidad de los patriotas entre sus premisas.
Ese llamado a la cohesión de aquellos que no se sumaron al Zanjón fue una lección asumida por el Comandante en Jefe Fidel Castro casi 80 años después, valoró el investigador, quien tuvo en cuenta las diferencias tácticas y otros azares divergentes entre los combatientes por la independencia.
Por su parte, el doctor Frank J. Solar, presidente de la Cátedra, evocó la postura inclaudicable de Cuba ante la caída del socialismo en Europa y la decisión de mantener “a contracorriente”, como ocurrió en Baraguá, el proyecto de transformaciones iniciado tras el triunfo revolucionario del 1 de enero de 1959.
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