El jefe del Departamento de Patrimonio de la Universidad de Oriente y especialista en historia del arte expuso sus consideraciones durante la peña La Sierra, desarrollada en el Salón de los Vitrales de la Plaza de la Revolución que lleva el nombre del Lugarteniente general del Ejército Libertador.
Auspicia ese espacio, consagrado al análisis de hitos y personalidades del devenir cubano, la Cátedra honorífica Fidel Castro de la institución docente y su nombre alude al macizo montañoso de la Sierra Maestra, el mayor de Cuba, donde tuvieron lugar los combates definitivos para el triunfo revolucionario.
Silveira aludió a las virtudes estéticas del filme dirigido en 1986 por José Massip, a quien consideró un maestro imprescindible del cine cubano, que alcanzó un notable rigor documental en ese largometraje y un reflejo preciso de los combates entre los cubanos y los españoles.
Consideró que el tratamiento de los temas históricos ha sido una tradición significativa en el séptimo arte en Cuba y con esta obra, Massip entregó al público la recreación fiel, en imágenes y sonidos, de un hecho trascendente que simboliza la firmeza revolucionaria en pos de la libertad.
Se refirió el profesor al simbolismo contenido en el conjunto escultórico de ese enclave patrimonial, donde los machetes alzados a lo alto y la mano del Titán de Bronce llamando a la batalla y a la unidad, trasmiten un mensaje patriótico con plena vigencia por estos días.
Al finalizar la disertación, los estudiantes y profesores apreciaron los fragmentos finales de la película, en los cuales la interpretación del actor Mario Balmaseda en el rol protagónico de Maceo caló para siempre en la memoria histórica y sentimental de varias generaciones.
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