Antes de la salida en esta capital de una nueva marcha en rechazo al proyecto, los secretarios generales de la CGT, Philippe Martinez, y la CFDT, Laurente Berger, instaron al Ejecutivo a escuchar el reclamo de los sindicatos y de la mayoría de los franceses, opuestos a la extensión de la edad legal de retiro de 62 a 64 años.
Los dirigentes afirmaron que activar el 49.3, un recurso que permite adoptar iniciativas sin el voto parlamentario, aumentará el malestar de los detractores del texto, analizado este miércoles en una comisión mixta de senadores y diputados para tratar de conseguir un consenso que pueda ser sometido mañana al sufragio del Senado y de la Asamblea Nacional.
Emplear ese artículo sería lo peor de lo peor y representaría un problema; la CGT seguirá movilizada con o sin este uso de la fuerza por el Gobierno, afirmó Martinez ante la posibilidad de que la reforma sea impuesta mediante un recurso que si bien es constitucional, muchos tildan de una maniobra alejada de las posturas democráticas.
El oficialismo necesita cerca de 290 diputados para alcanzar una mayoría absoluta en la Asamblea Nacional que le permita materializar el polémico proyecto de ley, también atacado por el aumento del período de cotizaciones y la eliminación de regímenes especiales de jubilación.
Sin embargo, al perder la mayoría en las elecciones legislativas de junio pasado, el partido gobernante Renacimiento y sus aliados cuentan con alrededor de 250, urgidos del respaldo de los conservadores (Los Republicanos), lo cual deja las puertas abiertas a un eventual fracaso que desencadene el uso del artículo 49.3.
Al respecto, el líder de la CFDT calificó la movilización de hoy, la octava desde el 19 de enero, de “el último grito del mundo del trabajo”.
De acuerdo con Berger, si el Gobierno opta por el 49.3 disparará la cólera.
La víspera, el dirigente adelantó que mañana las principales figuras de los sindicatos franceses acudirán a la Asamblea Nacional de cara al posible voto de la reforma de retiro.
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