Aunque el anuncio de la primera ministra Elisabeth Borne del recurso del artículo constitucional 49.3, que evita el voto parlamentario, provocó manifestaciones espontáneas en diversas ciudades, la atención se centra de momento en esta capital, escenario de disturbios y de enfrentamientos con la Policía en las inmediaciones de la Plaza de la Concordia.
De acuerdo con el balance emitido por la Prefectura a las 21:30, hora local, las detenciones ascendían a 120, en una de las muestras de rechazo a la postura del Gobierno, tildada de antidemocrática, brutal e ilegítima por voceros políticos y sociales.
Diversas fuerzas opositoras, entre ellas La Francia Insumisa (izquierda) y Agrupación nacional (extrema derecha), informaron que presentarán en la Asamblea mociones de censura para tratar de derribar a Borne, quien admitió en la televisión que el oficialismo buscó el voto, pero “las cuentas no daban”.
Por su parte, la intersindical, que agrupa a los principales gremios del país, convocó para el jueves a la novena jornada nacional de movilizaciones contra la reforma, repudiada por incluir la extensión de la edad legal de retiro de 62 a 64 años.
Líderes sindicales, entre ellos Philippe Martinez (Confederación General del Trabajo) y Laurent Berger (Confederación Francesa Democrática del Trabajo), expresaron su rechazo por el empleo del 49.3 y advirtieron que desataría aún más malestar.
El Ejecutivo contaba con que los conservadores del partido Los Republicanos completarían los sufragios requeridos, después de que el gobernante Renacimiento y sus aliados perdieran en junio la mayoría absoluta en el Palacio de Borbón.
Según la primera ministra, el Gobierno no está dispuesto a jugar con “el futuro de una reforma esencial especulando con los eventuales cambios de postura de diputados opositores”, un argumento que lejos de convencer y de calmar las tensiones, parece atizarlas.
En ese sentido, el líder de los insumisos, Jean-Luc Mélenchon, acusó a Borne de mentir en la televisión, lo cual consideró una razón más para protestar en las calles.
Por el momento, el presidente Emmanuel Macron guarda silencio, aunque dada la situación y el clima hostil, pudiera pronunciarse en las próximas horas.
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