Las denuncias de los últimos días de sindicatos y partidos opositores de izquierda y de extrema derecha se hicieron realidad, pese a que anoche circularon informaciones de que el presidente Emmanuel Macron prefería el voto y lograr una mayoría en la Asamblea.
En el Palacio de Borbón el oficialismo perdió la mayoría absoluta en las elecciones legislativas de junio pasado, por lo que dependía de los conservadores (Los Republicanos) para alcanzar la aprobación del texto, repudiado por incluir la extensión de la edad legal de retiro de 62 a 64 años y el aumento del período de cotizaciones.
El Senado respaldó la reforma de la jubilación esta mañana como se esperaba, gracias al apoyo de LR, pero en la Asamblea Nacional no era claro el resultado, con diversos expertos que proyectaban un revés del Gobierno, necesitado de cerca de 290 votos, cuando le auguraban con seguridad entre 230 y 240.
Macron convocó en este desafiante contexto a un Consejo de Ministros de urgencia antes de la sesión en la Asamblea, reunión en la que se habría impuesto el criterio de acudir al artículo 49.3 para evitar riesgos.
Pese a ser una herramienta constitucional, desde los sindicatos y una buena parte de la oposición acusan al Ejecutivo de usar la fuerza y de optar por una postura alejada de la democracia.
El anuncio de Borne esta tarde desató protestas en el hemiciclo, donde diputados de izquierda cantaron la Marsellesa, el himno nacional de Francia.
Los principales gremios del país habían advertido que desencadenar el artículo 49.3 traería un mayor malestar entre los detractores de la reforma, por lo que pudieran esperarse nuevas acciones de calle, después de las ocho movilizaciones multitudinarias que vivió el país desde el 19 de enero, con la más reciente de ellas ocurrida ayer.
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