Iniciada el 9 de febrero último en la ciudad de La Habana, la cita tuvo paradas en las provincias occidentales y centrales para colmar desde días recientes a las orientales, donde la seducción de las letras impresas y digitales ha hecho lo suyo entre potenciales lectores.
Una vez más, en esta urbe, llamó la atención la presencia de escolares uniformados que han acudido a los kioscos de comercialización de textos, acompañados por sus maestros y con la motivación de los vistosos diseños dirigidos a las primeras edades.
Los prestigiosos intelectuales Daisy Cué y Hebert Pérez han sido los principales homenajeados en estas jornadas, al igual que la reciente Premio Nacional de Edición Natividad Alfaro, quien ha compartido “con sus autores” como ella los llama, el notable galardón.
La impronta de Fidel Castro, fallecido en noviembre del 2016 y cuyas cenizas reposan en el cementerio patrimonial de Santa Ifigenia, fue reflejada en el libro digital Las ideas y la fuerza, del escritor panameño Nils Catro y a cargo de Ediciones Universidad de Oriente.
El mayor evento cultural del país tiene en esta urbe el incentivo de la próxima celebración de los 70 años del asalto al Cuartel Moncada, protagonizado por el joven abogado y sus compañeros revolucionarios que allanaron así el camino para que tengan lugar en Cuba estos eventos trascendentes.
Significativo resulta que la apertura de esta edición 31 se desarrolló con un concierto de la Orquesta Sinfónica de la ciudad en pleno Corredor Patrimonial de las Enramadas, uno de los epicentros de este jubileo literario en el centro histórico urbano.
Igualmente ha sido una circunstancia original que coincidiera con el sexagésimo Festival de la Trova Pepe Sánchez, el más antiguo de la música en Cuba, para juntar en el alma de la ciudad a las letras y las guitarras.
Mañana, el Salón de los Vitrales de la Plaza de la Revolución Antonio Maceo acogerá de nuevo, como ya es tradicional, la clausura de este encuentro de conocimiento y sabiduría.
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