La autoridad monetaria justificó este nuevo registro debido a que la inflación es algo menor de la prevista y existe «un mayor crecimiento de la demanda mundial», sin embargo a nivel nacional los tipos de cambio y de interés son menos favorables que en diciembre.
A ello se suma el hecho de que la inflación de los productos alimenticios tomara el relevo a los suministros energéticos, como principal factor para la subida de precios, a pesar de lo cual el Banco de Francia confía en que ese incremento alcance su punto máximo «hacia finales del primer semestre».
Teniendo en cuenta estas circunstancias y que el panorama cercano aún presenta “muchas incertidumbres”, el Banco de Francia se mostró cauto con las previsiones para 2023, pues tanto el propio gobierno como la OCDE elevan la cifra a 1,0 y 0,7 por ciento, respectivamente.
Para 2024 la mejora podría llegar hasta el 1,2 por ciento, para alcanzar en 2025 un 1,7 por ciento, gracias en particular a la reactivación del consumo de los hogares, cuya remuneración debería experimentar una progresión más dinámica que en los últimos años, aseguró el informe.
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