Cada año, desde 1993, el Día Mundial del Agua crea conciencia e inspira acciones para abordar el saneamiento y la crisis a nivel internacional, ya que 2000 millones de personas viven todavía sin acceso a agua potable, según datos de Naciones Unidas.
El ente internacional detalla que los problemas que se encuentran a lo largo del ciclo del líquido vital están socavando el progreso en los principales conflictos planetarios: desde la salud hasta el hambre, desde la igualdad de género a los trabajos, pasando por la educación, la industria, los desastres naturales y la falta de paz.
Los últimos números muestran que los gobiernos deben trabajar un promedio de cuatro veces más rápido para que todos tengan agua de forma segura para 2030, pero esta no es una aspiración que pueda resolverse con solo un actor o grupo.
En este sentido, se impulsa la campaña global “Sé el cambio” que alienta a las personas a tomar medidas en sus propias vidas para cambiar la forma en que usan, consumen y gestionan el agua.
mem/mpp