Por Dai Liem Lafá Armenteros
Redacción de Cultura
Del 23 de marzo al 21 de mayo la muestra “El mundo entero es una Bauhaus”, concebida para ser presentada en varios países, en su escala de La Habana invita a descubrir la riqueza artística y conceptual de esta institución europea fundada en 1919 que alcanzó relevancia mundial.
Fotografías, objetos utilitarios, obras sobre papel, maquetas, documentos, películas, audios y otros soportes descubrirán a los visitantes la amplitud y diversidad de ideas y soluciones propuestas por la Bauhaus.
La muestra se divide en ocho áreas que abarcan el período de 1919 a 1933: La suspensión en el espacio, Experimentación, Obra de arte total, Comunidad, El hombre nuevo, Arte, artesanía y técnica, Pedagogía radical y Encuentros.
Según adelantó la directora artística Valerie Hammerbacher, ofrece miradas múltiples y fascinantes sobre el trabajo y la dinámica interna de una de las más importantes escuelas de arte del siglo XX, que cambió para siempre la forma de entender el vínculo entre arte, artesanía y vida.
En las salas expositivas fluirá el diálogo entre las distintas manifestaciones, desde la pintura y arquitectura hasta el diseño de objetos cotidianos, las artes escénicas y los modelos de enseñanza.
Mediante su labor la escuela tuvo siempre como objetivo prioritario generar mejores condiciones de vida para las personas y enriquecer su entorno.
Hammerbacher citó entre las principales concepciones de la Bauhaus que los objetos deben ser diseñados en función de la comodidad de las personas, y no obstante la sencillez del boceto, podría ser tan refinado como una pieza de bellas artes.
El título de la muestra fue tomado de una frase de Fritz Kuhr, alumno y profesor de esta escuela que en breve tiempo de actividad se convirtió en uno de los puntos de referencia de la modernidad.
Tras su cierre pasó a ser considerada como una de las manifestaciones más emblemáticas de ese periodo histórico, según la directora artística de la exposición.
«El mundo entero es una Bauhaus» está organizada por el Instituto para las Relaciones Culturales Internacionales de Alemania en colaboración con el Goethe-Institut y el apoyo de la embajada alemana en La Habana, entre otras instituciones.
ACERCA DE LA BAUHAUS
Fundada en Weimar (centro de Alemania) en 1919, la escuela Bauhaus se trasladó a Dessau, donde tuvo que cesar su actividad por el acoso del nazi fascismo y luego se estableció en Berlín hasta el cierre en 1933.
En cada área temática de la exposición se incluye una selección de biografías cuya lectura da pie a analizar tanto los puntos de contacto como las discrepancias presentes en quienes integraron la escuela.
Al respecto, explica Hammerbacher que durante sus 14 años de actividad la Bauhaus estuvo inmersa en un proceso constante de cambios y redefiniciones.
Su orientación fue objeto de discusiones en las que participaron tanto los alumnos y profesores como los tres directores: los arquitectos Walter Gropius, Hannes Mayer y Ludwig Mies Van der Rohe.
La controversia no solo se ciñó al ámbito escolar, sino que incluyó criterios de personalidades influyentes en el arte y también artículos de prensa de la época.
En el programa de la Casa de la construcción estatal de Weimar, formulado en 1921, Gropius anunció su anhelo de creación de la obra de arte total, reunificar todas las disciplinas artísticas y artesanales en una nueva arquitectura y como parte inseparable de esta.
Para este maestro el objetivo final era la obra de arte unitaria, o sea, “el gran edificio” en el que no existiera frontera entre lo monumental y decorativo. Defendía también la producción seriada de objetos y el contacto con la industria.
Bajo la dirección de Mayer, aunque continuó la producción seriada, se exigía priorizar las necesidades populares en lugar de las de lujo.
Finalmente con Van der Rohe a la cabeza de la Bauhaus cesó este tipo de producción que causó tanto éxito como polémica, aunque se siguieron diseñando prototipos para la industria.
Para Gropius, primero el hombre en su totalidad y luego la especialización. La intención de Mayer era posibilitar, más que todo, el aprendizaje práctico vinculado estrechamente con la obra. Van de Rohe no quería mezcla de talleres y escuela, sino una escuela, de acuerdo al catálogo de la exposición.
PRESENCIA BAUHAUS EN CUBA
Según los especialistas a cargo de la muestra, la arquitectura funcionalista europea fue asimilada con rapidez en Cuba a partir de los años 20 del siglo pasado, y en particular las ideas y vocabulario formal de la Bauhaus tuvieron notable influencia en los jóvenes arquitectos de entonces.
Gropius particularmente fue inspiración y demandaron su presencia en la isla, lo cual se materializó a partir de 1949, al consolidarse el nexo del maestro alemán con Cuba, e incluso este hizo amistad con arquitectos como Mario Romañach y Frank Martínez.
También edificaciones conocidas en La Habana como el hotel Deauville y el edificio Solimar, y otras con funciones de viviendas presentan influencias de la modernidad de Bauhaus, que fue integrada con adaptación a las características del país.
Al igual que en otras naciones, aquella “nueva construcción” desató un impulso modernizador en Cuba y muchos aspectos del diseño funcionalista y la prefabricación industrial fueron acogidos después del triunfo de la Revolución en la creación de viviendas sociales.
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