Según explicó esta ONG conservacionista, entre 2009 y 2019 varios fabricantes de automóviles superaron las normas europeas de homologación de 200 modelos, vendidos bajo las normas Euro 5 y Euro 6, con un sistema fraudulento de filtración de NOx que se reduce o desactiva cuando las temperaturas son demasiado bajas y superan cierta altitud.
Por esta razón unos 19 millones de vehículos diésel en Europa, aún en funcionamiento, incluidos 3,3 millones en Francia, presentan niveles de emisiones que se pueden calificar de “extremos” al superar tres o cuatro veces los límites legales, lo que indica el «uso probable» de una estrategia prohibida de calibración del motor, según el ICCT.
Para la realización de su informe este grupo analizó datos de pruebas en laboratorio y en condiciones reales facilitados por las autoridades gubernamentales, datos de pruebas en condiciones reales elaborados por organizaciones independientes y una amplia base de datos de mediciones por teledetección.
Entre los fabricantes implicados se encuentran Fiat-Chrysler, Peugeot, Citroën, DS, Opel, Vauxhall, Renault y Volkswagen, empresa que admitió haber manipulado 11 millones de coches para que sus niveles de emisiones fueran inferiores a los reales.
El Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que ya dictaminó en varias ocasiones que el software de estos vehículos diésel es ilegal, emitió este martes una sentencia en la que habilitaba a los propietarios de estos vehículos para reclamar daños y perjuicios a los fabricantes.
Por esta razón varias organizaciones ecologistas francesas demandaron ayer a las autoridades de Francia, Alemania y Reino Unido que obliguen a los fabricantes a contribuir a un fondo para reducir la contaminación del transporte por carretera.
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