“Hemos pasado de manifestaciones pacíficas a caras rotas”, dijo a la cadena RMC el diputado, quien lamentó esta situación, tanto por las personas que protestan como por los policías.
Para el dirigente político y excandidato presidencial, merece preguntarse si es este escenario el que busca el jefe de Estado, al acusarlo de hacer todo lo posible para la radicalización del movimiento de rechazo a la reforma y atizar el malestar.
Desde la oposición y los sindicatos denuncian que Macron insiste en ignorar la cólera desatada por su proyecto, que incluye la extensión de la edad de retiro de 62 a 64 años, y la manera de adoptarlo: sin el voto de la Asamblea Nacional (parlamento) al amparo del artículo 49.3 de la Constitución.
En los últimos días se registraron episodios de violencia y enfrentamientos entre manifestantes y policías, con destrozos en instalaciones, cientos de arrestos, uso excesivo de la fuerza por autoridades y ataques contra uniformados.
Roussel estimó que la postura del mandatario parece dirigida al desbordamiento del malestar, en aras de poner a la “opinión pública contra los manifestantes”.
La víspera, Macron reiteró que no debatirá con los sindicatos sobre la reforma, y que está dispuesto a dialogar con los gremios acerca de otros temas, en particular los relacionados con el empleo.
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