El Manifiesto, que debe su nombre a la norteña ciudad de República Dominicana donde fue rubricado, fue una respuesta de los independentistas cubanos al colonialismo español a solo un mes del comienzo de la tercera y última guerra por la soberanía en la isla mayor del Caribe.
Desde sus inicios, el documento expone con meridiana claridad las causas por las cuales el pueblo de Cuba se lanzó a la lucha, y explica que la guerra no se libra contra los españoles, sino contra el yugo colonial imperante en la isla desde los tiempos de la conquista.
Martí y Gómez lanzan un llamado a los cubanos para alzarse en armas, a la vez que explican el programa concebido por el movimiento revolucionario, el cual los tuvo a ambos como sus más altos exponentes.
El escrito recoge las ideas expresadas por el Apóstol sobre el nacionalismo, denuncia el orden colonial, expone su marcado antiimperialismo y compromiso de reivindicar la sangre derramada por los cubanos en las guerras de 1868 y la denominada Guerra Chiquita, finalizadas sin lograr los objetivos supremos de la lucha.
Asimismo, explica cómo los cubanos evitarían las divisiones, enconos e inestabilidades traídos a las repúblicas hispanoamericanas por la copia de modelos extranjeros, lo cual permitiría al país cumplir su responsabilidad ante el mundo y «abrir a la humanidad una república trabajadora y alcanzar la amistad del mundo».
Por otra parte, mostró la honda visión de estadista y de líder político de Martí, y su mirada universal cuando analiza el rol de la revolución y su deber «de explicar de nuevo al país y a las naciones, las causas locales y de idea e interés universal, con que para el adelanto y servicio de la humanidad se había reanudado la pelea armada de los patriotas»4.
El documento, concebido como un arma ideológica de la batalla contra el colonialismo hispano y frente a las amenazas del naciente imperialismo norteamericano, constituye hoy una motivación ante la persistencia norteamericana de querer dominar a los cubanos, seguidores de quienes marcaron el camino para mantener su soberanía e independencia.
Este sábado la conmemoracion reviste un significado especial porque Dominicana acoge la XXVIII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, un encuentro en el cual participa entre otros, el presidente de Cuba, Miguel Diaz-Canel.
La víspera el jefe de Estado cubano recordó al ilustre militar cuando escribió en Twiter: «es un placer visitar la hermana tierra del Generalísimo (Máximo Gómez) y ser parte de los esfuerzos de cooperación de Iberoamérica».
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