A unos 360 kilómetros al este de La Habana, la villa espirituana goza de un centro histórico urbano (CHU) declarado Monumento Nacional en 1978, que resalta además por la maestría decorativa de los antiguos techos interiores confeccionados con maderas preciosas.
En el libro Monumentos Nacionales y Locales de Sancti Spíritus, María Antonieta Jiménez, Historiadora de la Ciudad, al referirse al CHU señala como ejemplos de gran valía a la Iglesia Parroquial Mayor (1680) y al puente sobre el río Yayabo, único de su tipo en Cuba.
La ciudad salvaguarda en esa zona priorizada edificaciones de los siglos XVIII y XIX, donde sobresalen los museos de Arte Colonial, más conocido como Casa de las Cien Puertas, y el de Historia Natural.
Incluye al Museo Casa Natal del Mayor General Serafín Sánchez Valdivia, Héroe de las Tres Guerras de Independencia contra el colonialismo español, entre otros.
En tanto, el material Rostros de una ciudad añeja, escrito por la arquitecta y máster en Restauración María Silvia Arruebo, aporta datos interesantes sobre la arquitectura de la cuarta de las primeras siete villas fundadas por los españoles en Cuba.
Gracias a la protección del patrimonio espirituano todavía se atesoran exponentes de la carpintería y la creatividad de los artesanos de una época que se remonta al siglo XVII y XVIII.
Una característica de esos techos espirituanos es que en ellos aparecen los nombres de los dueños de las viviendas e incluso el de los carpinteros que los construyeron y las fechas de terminación.
Hay hasta oraciones contra güijes o duendes que según la leyenda habitan en ríos, lagunas y charcos, brujas y cualquier otro hechizo o maleficio.
Uno de los tirantes más antiguos es el fechado en 1740 en la calle Máximo Gómez No.3 Norte, casona que alberga al Museo Provincial de Historia y que fuera propiedad del capitán Pedro de Castañeda.
Entre los más llamativos techos figuran los ochavados, rematados en el centro por diversas formas.
Los exteriores tampoco quedan detrás en el período colonial y de acuerdo con la experta Sancti Spíritus arribó al siglo XIX con una arquitectura de indiscutible influencia morisca. Decorados con motivos florales como guirnaldas o con imitación al mármol los aleros también son comunes y se mantiene la puerta española, de dos hojas con postigos a la derecha.
Introducidas en el mencionado periodo las rejas transforman el rostro de Sancti Spíritus, que en junio próximo festejará su aniversario 509 de fundada, y dejan atrás la madera para dar la bienvenida al hierro.
Puertas, muros y balcones son adornados con elementos como los portafaroles, aldabas, bocallaves, guardavecinos y clavos en las puertas. Todavía es posible ver el llamador o picaporte en forma de mano o león, así como algún rostro de mujer.
Recorrer en pleno siglo XXI la parte añeja permite corroborar los valores arquitectónicos y la majestuosidad de las edificaciones que aún preserva la otrora villa del Espíritu Santo, considerada por especialistas como la más medieval de las ciudades cubanas.
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