En efecto, el lunes 20 unos miles de personas ocuparon algunas calles y plazas en varias ciudades para reclamar la dimisión de Ramaphosa y el fin de los continuos apagones que afectan a toda la población sudafricana.
Organizada por el partido Economic Freedom Fighters (EFF), la manifestación contó asimismo con la participación de algunos miembros de la Federación Sudafricana de Sindicatos (Saftu), del Movimiento Democrático Unido (UDM), así como de la minoritaria Alianza para la Transformación Económica Radical Africana (Areta).
Según constató Prensa Latina, durante el acto central de las protestas, en Pretoria, al cual asistió el secretario general del EFF, Julius Malema, no se reportaron disturbios o hechos de violencia.
Con la participación de unos cientos de personas, el líder del EFF insistió en el reclamo principal de las protestas, la salida del Gobierno de Ramaphosa.
En el acto la reforzada presencia policial que rodeaba el lugar (en la Plaza de la Iglesia, en el centro histórico de la ciudad) no necesitó intervenir dado el comportamiento pacifico de los manifestantes.
Sin embargo, aunque el EFF esperaba un masivo apoyo popular, al menos en Pretoria no se constató la presencia de pueblo en general.
Por otra parte, reportes de prensa aseguraron que la policía usó balas de goma para dispersar a manifestantes que bloquearon con piedras y gomas quemadas varias carreteras desde Seshego hasta Polokwane, en la norteña provincia de Limpopo.
De otro lado, esta semana se caracterizó por una disminución en los horarios de apagones, algo motivado por una aparente disminución en la demanda, dado que la capacidad generadora del país sigue comprometida a causa de años de escasos o nulos mantenimientos.
Ello afecta particularmente a la capacidad instalada de la empresa eléctrica nacional, Eskom, ya que como media sus plantas tiene 45 años de explotación, cuando la vida media de ese tipo de instalaciones es de unos 50 años.
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