En conversación con Prensa Latina explicó que la fusión de culturas hispano-africana hace de esta villa, Monumento Nacional, un tesoro incalculable.
Los coros de clave con una cadencia única, acompañados con instrumentos tradicionales y locales -la marimba, el cencerro, el güiro, las claves y el tres de seis cuerdas- conservan versos y tonadas de los siglos XVIII y XIX, aseguró.
Tenemos que añadir, dijo, los cabildos con sus prácticas y los cantares de las parrandas y los compases callejeros, en épocas coloniales fueron un medio para criticar los abusos y malas atenciones de los hacendados ibéricos y nacionales.
Aun cuando el Santiago Espirituano en los últimos años ha perdido algunos rasgos emblemáticos, es una de las festividades patrimoniales más reconocidas en Cuba y cuyo origen data de celebraciones religiosas desde 1655.
Vitlloch comentó que los especialistas de patrimonio laboran en la recuperación de algunas de las edificaciones emblemáticas de la cuarta villa cubana, en busca de conservar los valores de belleza en armonía con la modernidad.
La ciudad salvaguarda en esa zona priorizada edificaciones de los siglos XVIII y XIX, donde sobresalen los museos de Arte Colonial, más conocido como Casa de las Cien Puertas, y el de Historia Natural.
Además, se trabaja en varios proyectos, entre ellos la rehabilitación de los altos de la Plaza del Mercado y la antigua ermita de Jesús Nazareno, construcción centenaria fundada por la orden de Santo Domingo.
Explicó que el rey de España, Carlos III, emitió el permiso de construcción en 1760. En esa hermosa edificación estuvo el Colegio Jesús Nazareno donde impartió clases el insigne patriota espirituano Honorato del Castillo.
Recorrer sus singulares boquetes y calles empedradas, la mayoría a la vera del caudaloso Yayabo, es revivir historias, leyendas y tradiciones, escuchar las cuerdas y voces de un trío, los tambores de una parranda o los versos de un trovador.
Muy cerca del río Yayabo y su puente de cinco arcadas, único en Cuba, están el Teatro Principal, y en el centro la majestuosa Iglesia Mayor con más de tres siglos de existencia.
Sancti Spíritus mantiene un encanto melódico y como toda antigua villa tiene su güije, de ojos saltones, que disfruta de sus delicias y encantos en el centro de Cuba.
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