En concreto, el valor nominal de la deuda ascendió hasta los 2,95 billones de euros a finales del pasado año, lo que equivale al 111,6 por ciento del producto interno bruto (PIB) del país, después del 112,9 por ciento de 2021 y el 114,6 por ciento de 2020, según el documento.
Entre las causas que justifican esta subida se encuentra “principalmente al aumento de la aportación del Estado, que se endeuda emitiendo bonos a largo plazo, mientras que el valor de las obligaciones a corto plazo retrocedieron nuevamente, así como los correspondientes depósitos del Tesoro”, señaló la nota.
Por su parte alcanzó en 2022 la cifra de 124 mil 900 millones de euros, es decir, el 4,7 por ciento del PIB, tras el 6,5 por ciento de 2021 y el nueve por ciento de 2020, gracias al importante aumento de los ingresos en los dos últimos ejercicios y una contención en los gastos, que si bien siguen disminuyendo se mantienen muy por encima de su nivel de 2019.
El Gobierno no confirmó los datos ofrecidos y anunció que presentará a mediados de abril su nuevo programa de estabilidad, que fijará la trayectoria de las finanzas públicas para los próximos años, y que prevé un crecimiento del uno por ciento en 2023, una previsión más optimista que la del Banco de Francia, la OCDE o el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Entre otras cuestiones confía en sanear las finanzas públicas mediante un mayor incremento del PIB que de los gastos, lo que conllevaría «varios miles de millones de euros de ahorro» en el proyecto de financiación de 2024 (PLF), según el ministro de Economía y Hacienda, Bruno Le Maire.
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