Por Joel Michel Varona
Periodista de la redacción de Ciencia y Técnica de Prensa Latina
Las más de 550 hectáreas de increíbles paisajes albergan unos 350 mil árboles de más de tres mil especies ordenadas científicamente en 25 zonas, que representan la flora tropical del mundo.
El territorio es una verdadera biblioteca natural, en la cual los visitantes pueden ver ejemplares típicos de remotas latitudes, embriagarse de paz con aire puro y olvidarse de los avatares de la cotidianidad con el colorido de las flores.
Su existencia fue concebida en 1968 por el líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro, y su idea fue mucho más allá al convertirse ese noble espacio del más majestuoso del país antillano a un referente internacional.
El “Botánico” como muchos lo suelen nombrar fue construido bajo la supervisión del científico alemán Johannes Bisse y hoy dispone de un herbario donde se conservan plantas endémicas y foráneas.
Su director, Carlos Manuel Pérez, en entrevista concedida a Prensa Latina expresó que el Jardín Botánico Nacional de Cuba es y será una joya de la nación, y trabajaremos para que siga siendo una referencia a nivel mundial.
No es una frase de mi autoría en su totalidad, es una forma de recordar las palabras del general de Ejército, Raúl Castro, cuando en el libro de visitantes plasmó: “Esta joya la pondremos a brillar para siempre como lo quería Fidel. Ya se dieron las instrucciones y cumpliremos”.
Es un sueño cumplido de contar hoy con la Escuela Cubana de Botánica, resaltó Pérez.
Aunque demanda de grandes recursos para su sostenibilidad, el lugar cuenta con extraordinarias condiciones para la recreación sana, educación ambiental y el desarrollo académico y científico.
El JBN – que resguarda el herbario y la biblioteca más importantes del país en materia de botánica- está amparado por un programa de Gobierno.
Trabajamos arduamente por el control y clasificación de las especies para su mejor organización, paso vital para facilitar la atención especial a cada comunidad que comparten un hábitat dentro de la instalación que cumplió el 24 de marzo su aniversario 55 de apertura al público.
Existe una lista roja, la cual agrupa todas las plantas evaluadas en una categoría específica que pueden ser vulnerables, difíciles, menor peligro, mayor peligro y peligro crítico.
Los expertos tienen en cuenta una serie de parámetros, entre los que se incluye lugar de procedencia, características especiales, además de su nombre vulgar y científico.
No trabajamos para el presente, sino también para el futuro de ahí nuestros vínculos con el Sistema Nacional de Áreas Protegidas para elaborar planes de conservación y protección a las especies endémicas en peligro de extinción.
Para nadie es un secreto que existen dificultades, pero estas nos plantean más retos y ya exhibimos notables resultados.
El JBN –uno de los 12 con que cuenta Cuba- está a la altura de nuestros tiempos, pues genera muchas investigaciones científicas dirigidas a resolver problemáticas que el país debe enfrentar.
Actualmente el lugar –considerado uno de los más encantadores de La Habana- tiene en su plantilla 32 profesionales dedicados a la academia y muchos de ellos están insertados en la docencia.
Existe capital humano con la maestría y conocimientos necesarios para fortalecer la labor que aquí se realiza, aseguró Pérez.
A diferencia de naciones del primer mundo que cuentan con jardines botánicos relativamente pequeños con una gran cantidad de fuerza de trabajo para atenderlos, el nuestro solo tiene 60 jardineros para 500 hectáreas.
Una de las prioridades es la formación de fuerza de trabajo, y el JBN es el gestor principal de la Escuela Nacional de Horticultura y Paisajismo, que pronto tendrá listo su programa de estudios para presentarlo a las autoridades de la educación superior.
La institución educativa –que busca rescatar prácticas horticulturales perdidas- cuenta ya con dos graduaciones.
El claustro también aspira a extender el estudio de esa profesión hacia todos los niveles de enseñanza.
Las asignaturas impartidas tienen un alto valor, al tiempo que diversifican aún más los conocimientos que poseen los alumnos, quienes pueden especializarse en una comunidad específica de plantas.
Muchos de los estudiantes capacitados por la institución se quedan como jardineros del centro, donde también están los estudiantes de técnico medio en Agronomía y Forestal.
El lugar propicia a los educandos de la Facultad de Biología estudios de campo y prácticas laborales.
El JBN –con sólidos contactos con homólogos de diferentes latitudes del planeta-colocó 27 artículos científicos en 14 revistas de primer nivel.
Pese a las dificultades para llegar a la joya botánica cubana, muchas personas llegan todos los días y sobre todo los fines de semana que la cifra de visitantes alcanza el millar, resaltó Pérez, quien destacó que el sitio acogió 400 eventos en 2022.
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