FotosPL: Ileana Piñeiro
Dos productos diferentes y geográficamente distantes se dieron la mano engalanados por un valor que trasciende generaciones, el de representar un símbolo identitario para los pueblos que acogen los conocimientos de hombres y mujeres comprometidos con perpetuarlos para deleite de millones de paladares.
Invitados a la embajada de Cuba en Francia, maestros panaderos artífices de la elaboración de la baguette y maestros cubanos del ron ligero recibieron el reconocimiento de diplomáticos, parlamentarios y especialistas y del público presente en un evento que estrechó los lazos entre los dos países.
El embajador Otto Vaillant consideró un honor recibir a los portadores cuyos saberes fueron reconocidos en noviembre por la Unesco (Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.
Se trata de símbolos culturales y patrimoniales identitarios de nuestros pueblos, expuso en el encuentro, acompañado por la viceministra de Cultura de la isla Kenelma Carvajal y las embajadoras de Cuba y Francia ante la Unesco Yahima Esquivel y Véronique Roger-Lacan, respectivamente.
Vaillant destacó que la baguette es el pan más apreciado en suelo galo y cuenta con admiración a nivel mundial como un estandarte de la gastronomía francesa, mientras el ron ligero de la mayor de las Antillas –también de renombre global- constituye una expresión genuina de la cultura cubana.
Para el presidente de la Confederación Nacional de Panadería y Repostería Francesa, Dominique Anract, la baguette y el ron ligero cubano tienen mucho en común, enlazados por el arte transmitido de generación en generación de mezclar ingredientes para obtener aspectos, aromas, gustos y texturas adorados por muchos.
De igual manera son productos que contribuyen a la visibilidad de ambos países, por lo que estamos orgullosos de celebrar juntos la victoria de la inscripción en el patrimonio inmaterial de la humanidad, dijo.
Anract manifestó que el expediente de salvaguardia de la baguette recoge la cooperación con otros elementos patrimoniales, una posibilidad que llamó a aprovechar con el trabajo conjunto.
Por su parte, el primer maestro del ron ligero Juan Carlos González resaltó el papel de transmisores de quienes portan el saber hacer y las tradiciones de verdaderos símbolos nacionales.
Tanto el ron como la baguette han estado en las buenas y en las malas junto a cada pueblo y aportan a su identidad, comentó el experto, quien consideró un justo reconocimiento la inscripción por la Unesco.
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