En una velada en la sede parisina del ente multilateral, Ottone mostró satisfacción por la presencia de los depositarios de una tradición centenaria ligada a la identidad del pueblo cubano, la cual enriqueció a finales de noviembre la lista representativa que recoge los elementos del patrimonio intangible universal.
A nombre de los portadores, los primeros maestros Juan Carlos González y César Martí agradecieron al Comité Intergubernamental del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por aceptar la propuesta y a todas las personas que contribuyeron a su materialización.
Los expertos destacaron el aporte a lo largo de las décadas de diversas generaciones de maestros y de sus colaboradores a la formación de una herencia traducida en saberes y en el arte de transmitirlos para garantizar su continuidad.
Asimismo consideraron la inscripción en el patrimonio cultural inmaterial de la humanidad un compromiso para seguir trabajando y enriqueciendo esta parte de la historia, la cultura, las tradiciones y la identidad de la mayor de las Antillas.
En el evento organizado por los embajadores de Cuba ante la Unesco, Yahima Esquivel, y en Francia, Otto Vaillant, la diplomática resaltó la importancia de la transmisión de los conocimientos de los maestros del ron ligero y la voluntad del Estado cubano de proteger su patrimonio.
Esquivel enmarcó además la velada en las celebraciones por el 20 aniversario de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, instrumento que calificó de fundamental para proteger a ese patrimonio frágil y vivo, que contribuye al desarrollo sostenible y al bienestar humano.
También la viceministra de Cultura de Cuba Kenelma Carvajal felicitó a los maestros roneros al intervenir en la ceremonia, donde estuvieron la subdirectora general de la Unesco para las Ciencias Sociales y Humanas, Gabriela Ramos, el presidente de Cuba Ron S.A., Orlando Borrero, embajadores de varios países e invitados de sectores de la sociedad francesa.
Los saberes de nuestros maestros representan una tradición centenaria surgida en los albores del proceso de formación de la nación cubana, así como un símbolo de la identidad de un pueblo que ha defendido su cultura, afirmó Carvajal.
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