En su perfil en Twitter, el máximo representante de la diplomacia cubana afirmó que tal política inhumana de máxima presión y asfixia económica, implementada hace 63 años, desoye el clamor universal por una Cuba sin bloqueo.
Señaló, asimismo, que esa potencia norteña fracasa en el intento de subyugar a una nación soberana, que es –apuntó- bastión de dignidad y resistencia creativa.
Rodríguez adjuntó a su mensaje un fragmento del Memorando del entonces vice secretario de Estado asistente para los Asuntos Interamericanos, Lester D. Mallory, que dejó sentado por escrito los fundamentos de su política contra Cuba:
“La mayoría de los cubanos apoyan a Castro… el único modo previsible de restarle apoyo interno es mediante el desencanto y la insatisfacción que surjan del malestar económico y las dificultades materiales…”
E instruía: “hay que emplear rápidamente todos los medios posibles para debilitar la vida económica de Cuba (…) para reducirle sus recursos financieros y los salarios reales, provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del Gobierno”.
Esta política hostil contra Cuba se recrudeció a niveles sin precedentes a partir de 2017, y especialmente en medio de la pandemia de la Covid-19, y se mantiene prácticamente invariable pese al rechazo casi unánime de la comunidad internacional.
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