Reunidos en la Intersindical, los gremios mantienen la unidad en rechazo a la iniciativa, la cual en particular denuncian por la extensión de la edad legal de retiro de 62 a 64 años, aunque también generan malestar el aumento del período de cotizaciones y la eliminación de regímenes especiales.
La víspera, ratificaron su intención de seguir en las calles, tras el fracaso del encuentro con la primera ministra Elisabeth Borne, quien los convocó con el argumento de reducir las tensiones.
Sin embargo, la anfitriona no ofreció a los sindicatos la marcha atrás de la reforma, proyecto que tiene ante sí como último obstáculo legal para su materialización el criterio del Consejo Constitucional, cuyo dictamen se emitirá el 14 de abril.
Los gremios acusaron al Gobierno de ignorar a los franceses y su rechazo mayoritario a los cambios en el sistema de retiro, en una reunión que no llegó a la hora de duración en el Hotel de Matignon, la sede del Primer Ministro.
Seguir con la reforma de la jubilación es una decisión grave, le reiteramos a la primera ministra la exigencia sencilla y firme de retirarla por injusta y brutal, subrayó la víspera a nombre de la Intersindical el presidente de la Confederación Francesa de Trabajadores Cristianos, Cyril Chabanier.
Por su parte, la secretaria general de la Confederación General del Trabajo, Sophie Binet, calificó de inútil el encuentro y opinó que el Ejecutivo sigue empeñado en gobernar contra el país.
También el líder de Fuerza Obrera, Frédéric Souillot, expresó malestar por la postura de Borne, y aseguró que los sindicatos están más decididos que nunca a seguir en la lucha.
A propósito de la undécima jornada nacional de manifestaciones, el secretario general de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo, Laurent Berger, mostró sus expectativas de que será una gran movilización.
Millones de personas marcharon el 19 y 31 de enero, el 7, 11 y 16 de febrero, y el 7, 11, 15, 23 y 28 de marzo, con estimados que reflejan una baja de participación en las últimas protestas.
El Ministerio del Interior anunció el despliegue de más de 11 mil policías y gendarmes, en un escenario de denuncias del uso excesivo de la fuerza contra manifestantes pacíficos, mientras el Gobierno alega que militantes de extrema izquierda buscan la confrontación y atacan a los uniformados y las instituciones.
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