“Por el statu quo, la política francesa se remonta a 1964 y a nuestro reconocimiento al gobierno de la República Popular de China como el único representante chino. Fue la política de una sola China la que quedó definida en ese momento”, subrayó en una declaración.
Genera titulares la postura de Francia y su distanciamiento de la agresividad de Washington en torno a la isla, con visitas parlamentarias y acogidas en suelo estadounidense a autoridades de Taiwán, después del viaje del presidente Emmanuel Macron la semana pasada al gigante asiático y sus comentarios de que Europa debe mantener una política independiente.
Macron afirmó que ni Francia ni la Unión Europea (UE) tienen que subordinarse a Estados Unidos o a China, por lo que deben representar un tercer polo, palabras que no cayeron nada bien en el país norteño.
De acuerdo con la Cancillería gala, la estrategia de la UE respecto a Beijing fue bien definida en 2019, con el conocido “tríptico”.
En el bloque vemos a China como un socio, un competidor y un rival sistémico, detalló.
La víspera, fuentes del oficialismo aseguraron que Macron no renuncia a sus declaraciones de que en la cuestión Taiwán “lo peor sería adaptarse al ritmo estadounidense o a la reacción china”.
Esas declaraciones del mandatario francés, realizadas el domingo en una entrevista con el diario Les Echos, llevaron al expresidente Donald Trump (2017-2021) y candidato a la Casa Blanca en 2024 a acusarlo de lamerle el trasero a China.
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