Como resultado de una estancia artística de la fotógrafa durante 2019 y 2020, el proyecto posee un hilo conductor en torno al amor y al trabajo en la tierra.
El uso tradicional de la flora cubana es la propuesta que hasta el 30 de junio exhibe la institución del Centro Histórico de La Habana, con la cual la artista saca a relucir un universo de micro sujetos sociales en el contexto de un reparto periférico, casi rural, de esta urbe.
Los primeros participantes de Relatos Breves tienen en común el cuidado al entorno, pero a su vez, el mejor aprovechamiento que pueda dársele al medio en sí.
«Cada uno desde un terreno diferencial hace su aporte, en primer lugar un archivo de semillas para alimentar naturalmente a los animales, el conocimiento de determinado poder mágico-religioso, además, de secretos que animan la naturaleza desde la herencia religiosa africana», apuntó la creadora.
Otros de los componentes de la exhibición se centra en aspectos ecológicos y en la memoria de un movimiento entretejido con la transmisión oral, agregó Sola.
En este acápite sale a relucir la herencia de los denominados en Cuba guajiros (persona que trabaja o vive en el campo), el uso medicinal de las plantas, la presencia de vinos de las más diversas vegetaciones para uso terapéutico, o vínculos con el pasado y con la esclavitud, culminó.
Un libro, un video, dibujos y la fotografía, como eje central, forman parte de este proyecto social, impregnado de algunas experiencias de su autora.
npg/dpm