En una de las primeras movilizaciones registradas esta tarde, cientos de personas comenzaron a concentrarse frente a la Alcaldía de París, sobre todo jóvenes, con pancartas y banderas para expresar malestar por el veredicto, cuyo carácter parcial no afecta la esencia de la reforma: la extensión de la edad de retiro de 62 a 64 años.
Las fuerzas de seguridad esperan más de un centenar de protestas en todo el país, por lo que fueron desplegados desde temprano policías y gendarmes en las inmediaciones del Consejo, donde el Ministerio del Interior prohibió cualquier manifestación.
También en el famoso Paseo de los Ingleses de la sureña ciudad de Niza comenzaron a movilizarse decenas de personas.
Por su parte, la Intersindical, que aglutina a los gremios contra la reforma de la jubilación, llamó al presidente Emmanuel Macron a no promulgarla y descartó aceptar de momento la eventual invitación del jefe de Estado a dialogar si la pone en vigor.
También el secretario nacional del Partido Comunista Francés, Fabien Roussel, instó al mandatario a no promulgar lo que calificó de “la peor de las leyes”.
El dirigente ecologista Yannick Jadot consideró que se trata de una norma ilegítima, aun cuando el Consejo Constitucional la validara, órgano que censuró algunos elementos de la iniciativa, entre ellos el “índice para personas mayores”.
La lucha continúa y debe reunir a sus fuerzas, subrayó el líder de La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon.
Desde la extrema derecha, la excandidata presidencial Marine Le Pen aseveró que la suerte política de la reforma no está sellada, “porque el pueblo tiene siempre la última palabra”.
De acuerdo con informaciones filtradas a la prensa, el presidente Macron pudiera promulgar la reforma este fin de semana.
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