Ucrania es un país económicamente inexistente, y la pregunta es si la podremos salvar, afirmó el jefe de Gobierno en una entrevista con la estación de radio Kossuth en esta capital, y señaló, que considera que ese país está en bancarrota financiera y económica.
Tan pronto como Estados Unidos y la UE decidan dejar de financiar al estado ucraniano, la guerra terminará, sostuvo Orban.
Pero por el momento, la situación es diferente, pues los contribuyentes húngaros también apoyan a Ucrania a través del presupuesto común europeo y por eso es incorrecto que la minoría húngara sea acosada en Ucrania, indicó el mandatario magiar.
En su opinión, debido a la asistencia financiera de los norteamericanos y la mayoría del bloque comunitario europeo se pagan las pensiones y los salarios, se lleva a cabo la administración estatal y funciona el sistema de salud ucraniano.
Obviamente, esta situación no puede continuar por mucho tiempo, concluyó el primer ministro.
El 24 de febrero del año pasado, el presidente ruso, Vladimir Putin, en respuesta al llamado de los líderes de las repúblicas de Lugansk y Donetsk, lanzó una operación militar especial en Ucrania con los objetivos de desmilitarizar y desnazificacar el país.
Después de eso, los Estados Unidos, la UE, el Reino Unido y otros estados impusieron sanciones contra las personas naturales y jurídicas rusas y empezaron a suministrar armas a Kiev.
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