El siniestro se inició en la tarde del viernes último en la zona rural conocida como Loma de Fara y Gabito, a unos 15 kilómetros de ese poblado, confirma Yosvany Ramos, segundo jefe del circuito Macurijes.
Favorecidas por la intensa sequía y los elevados volúmenes de material combustible en el suelo, las llamas ocupan un área aproximada de 110 hectáreas de pinos jóvenes y son combatidas por integrantes del CGB de Mantua, Guane y Minas de Matahambre.
Intervienen también trabajadores de la Empresa agroforestal Macurijes, los que dotados de equipos pesados posibilitan materializar las técnicas de control, diseñadas para eventos de este tipo, apunta Ramos.
El incendio, ubicado al noroeste del histórico poblado de Montezuelo, no ofrece peligro para la población, precisa el segundo jefe del circuito Macurijes, que comprende los municipios de Mantua y Guane con un área boscosa de 162 mil 200 hectáreas.
Tanto la floresta como la fauna sufren las consecuencias de estos siniestros, muchos de los cuales son provocados por la acción humana, recuerda el jefe del CGB en el occidental territorio, teniente coronel Alexander Pereda, quien alerta sobre el peligro que encarna la violación de las medidas de seguridad en los bosques o sus proximidades.
La actual campaña de incendios forestales, término empleado en Cuba para identificar el período de mayor peligrosidad de esos siniestros, figura como la más activa de los últimos dos años.
La sequía es intensa y el huracán Ian, tras su paso el 27 de septiembre de 2022, dejó elevados volúmenes de material combustible en las zonas rurales, concluye Perera.
Considerada la segunda provincia más reforestada de Cuba, Pinar del Río registra desde enero y hasta la fecha 106 incendios forestales que han dejado su huella en más de mil 150 hectáreas.
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