Al contingente policial se unen equipos de bomberos y de rescate para remover del lugar a unos 100 refugiados del recinto del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) en la barriada de Brooklyn.
Los integrantes del grupo son, en su mayoría, ciudadanos congoleños, burundeses y kenianos.
Al respecto, el concejal del distrito 56 de Tshwane, Jarad Frimmel, declaró a la prensa que ese “no es un lugar para vivir”.
Hay ratas corriendo, el olor es insoportable, los niños no van a la escuela. También tiene un efecto en las comunidades circundantes, argumentó.
Entonces, dijo, la ciudad no tuvo más remedio que acudir a los tribunales y pedir ayuda para que estos refugiados puedan ser devueltos al Centro de Repatriación de Lindela, los niños puedan conseguir alojamiento, tener una cama para dormir y comida todos los días y tengan la oportunidad de ir al colegio.
Sobre el tema, la portavoz de la ONU Laura Padoan, afirmó que es extremadamente preocupante que muchos de los niños no hayan recibido educación y vivan en la calle en un área pública.
jcm/mv