Pero el manco de Lepanto no alcanzó su lugar privilegiado en el universo de las letras de forma fácil, y tal como el caballero inmortalizado por él en la obra que lo encumbró, enfrentó “molinos de viento” a lo largo de su existencia.
La narrativa vital del novelista, poeta, dramaturgo y soldado español emula el más caótico de los textos, con capítulos de guerras, cárceles, penurias y carencias económicas, hasta encontrar el clímax casi en el epílogo del trayecto.
Sin embargo, estas páginas de vicisitudes formaron al creador, considerado en la actualidad como la máxima figura de la literatura española, precursor de la novela moderna y autor de unade las mejores obras de la literatura universal, El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, cuyas ediciones y traducciones solo es superada por la Biblia.
Apodado el Príncipe de los Ingenios, Cervantes convirtió en arte las adversidades, como señalara uno de sus seguidores en la primera década del 1600: “Si necesidad le ha de obligar a escribir, plaga a Dios que nunca tenga abundancia, para que, con sus obras, siendo él pobre, haga rico a todo el mundo”.
De acuerdo con los estudiosos de su vida y obra, el escritor protagonizó “una ininterrumpida serie de pequeños fracasos domésticos y profesionales, en la que no faltó ni el cautiverio, ni la injusta cárcel, ni la afrenta pública”, y solo en sus últimos años, tras el éxito de las dos partes del Quijote, pudo gozar del reconocimiento, pero sin superar las penurias económicas.
Cuarto hijo —de siete— del matrimonio de Rodrigo de Cervantes Saavedra y Leonor de Cortinas, Miguel cultivó los géneros narrativos bizantino, pastoril, picaresco y morisca, así como la sátira lucianesca y la miscelánea.
De su quehacer sobresalen La Galatea, Novelas ejemplares, Los trabajos de Persiles y Sigismunda, el poema narrativo Viaje del Parnaso y cerca de una treintena de piezas teatrales, de las cuales se conservan los títulos de 17 y los textos de once.
Sin dudas, la existencia de Cervantes refrendó una de las frases célebres de don Quijote: “Confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades”, pues de su convulso bregar nació un símbolo de la literatura española, con premios, monumentos, películas e instituciones abrigadas con su nombre y legado.
(Tomado de 4ta Pared, suplemento cultural de Orbe)