Durante una conferencia impartida este jueves en la Casa de Cultura Municipal Osvaldo Mursulí, Jiménez expresó que en 1850 Sancti Spíritus contaba con 41 ingenios, 18 de ellos de vapor y los 23 restantes atrasados y con el empleo de bueyes.
Ñeñeca, como es conocida por la mayoría de los espirituanos, agregó que existían diferencias en comparación con el desarrollo alcanzado en otras zonas del país e incluso en el Valle de los Ingenios, enclavado en la centro sureña Trinidad, Patrimonio Cultural de la Humanidad.
La industria azucarera de Sancti Spíritus en la década de 1850 generó necesidades de mejores vías de comunicación, de ahí el constante interés de los hacendados en torno a la habilitación del puerto de Tunas de Zaza, dijo.
En tanto el primer ferrocarril de Cuba fue inaugurado en 1837, con algo más de 20 años de antelación, comparado con el espirituano, apuntó.
Sancti Spíritus era una zona con ciertas condiciones para la industria azucarera, reservas maderera y ganadera, tierras fértiles en abundancia, mano de obra e instrumentos de trabajo, pero sin puerto que sirviera, aseguró.
Ante la necesidad de mejorar las comunicaciones en la región surgió un primer proyecto para dotar de un ferrocarril a Sancti Spíritus en 1853, añadió.
Jiménez destacó el proyecto impulsado por el coronel Antonio Modesto del Valle y del Castillo, quien al morir contaba con 10 millones de pesos, y su cuñado Roque de Lara y Martínez Campos.
Para lanzarse a tan grandes propósitos contaron con los servicios del ingeniero civil Alejo Helvecio Lanier, que se trasladó a la zona en 1857.
Todos los ferrocarriles en Cuba en la época de la colonia le pedían autorización a la monarquía para su establecimiento y al contar con la Real Orden las obras empiezan en 1860, en la cual laboraron esclavos, técnicos capacitados y algunos peones, señaló en su intervención.
En la construcción de la estación terminal sobresalió el maestro de obras andaluz Diego Dorado, quien luego combatió contra España y murió en acción en 1871 con el grado de coronel, en tanto cuatro alsacianos también estuvieron vinculados a la historia del ferrocarril, planteó.
El 23 de abril de 1864 fue inaugurada la línea de Tunas de Zaza hasta Sancti Spíritus, aseveró.
Antonio Modesto murió un año antes (1788-1863) sin ver inaugurada su gran obra, pero siempre estuvo el ferrocarril en manos cubanas como empresa nacional, más bien espirituana, precisó.
El establecimiento de esta vía de comunicación tuvo un gran impacto en la zona de Sancti Spíritus, pues se crea una cultura en las personas, indicó.
Llegó a ser una costumbre diaria recibir y despedir los trenes, de exacta puntualidad. Fueron siempre anhelados los pitazos de las locomotoras y se promueve el inicio de los poblados de Paredes, Guasimal y Tunas de Zaza, sintetizó.
La Historiadora de la Ciudad se refirió, además, a la presencia en la jurisdicción del tristemente célebre Valeriano Weyler y al evidente rechazo del padre Noya a rendirle honores, entre otros interesantes detalles sobre el patrimonio ferroviario.
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