Por Adis Marlen Morera Ruiz<br>
<br>Con pies de ángel y sonrisa de mortal, el bailarín español Joaquín de Luz es puro arte y sentimiento, esos que te hacen volver una y otra vez a esta manifestación y a él.
A propósito de la fecha, el artista compartió en declaraciones a Prensa Latina vía Whatsapp un mensaje de amor, esperanza y libertad.
Desde que me convertí en papá reflexiono mucho sobre lo que dejamos a las nuevas generaciones, desde acá invitamos a nuestros hijos a bailar, pues el baile es libertad y el mejor legado que podemos ofrecerles es la posibilidad de ser libres, expresó.
Muchos países prohíben esta expresión artística, por lo que él considera suerte vivir en una sociedad donde la permitan. “Yo creo que la danza nos conecta con nuestro ser y nos da las alas para ser libres”.
Desde marzo de 2019, el multipremiado intérprete dirige la Compañía Nacional de Danza de España, a la que procura crearle una identidad que la distinga del resto.
Sobre los próximos proyectos de la agrupación anunció que preparan la pieza A tu vera con música flamenca, la cual estrenarán en la ciudad de Granada, el 4 de julio próximo.
Mientras, en el Teatro de la Zarzuela de Madrid exhibirán dos programas que reflejan esta manifestación en América y Europa.
De Luz siente por Cuba especial simpatía, a menudo la visita para intercambiar experiencias con otros bailarines en el Festival Internacional de Ballet de La Habana Alicia Alonso, evento que considera como el más importante de su carrera.
En el marco de su edición 27, en 2022, el también coreógrafo ofreció declaraciones a este medio sobre el certamen, su trayectoria, proyectos e impresiones acerca del Ballet Nacional de Cuba (BNC).
Este festival no solo aporta a mi carrera, sino a mí como ser humano, me agrada mucho la humanidad que tenéis aquí, los bailarines y todos en general me tratan como familia y eso es una experiencia que no se repite en muchos sitios, significó.
De acuerdo con el artista, el BNC posee una gran tradición, de él salen talentos impresionantes con los cuales ha compartido escenario, “la cualidad humana que posee la compañía no se percibe en otras alrededor del mundo”.
Su amor por la danza clásica llegó a muy temprana edad de la mano de su madre, y gracias a sus aptitudes interpretativas sus movimientos adquieren sobre el escenario autoridad y destreza.
Resultado de este desempeño, varios galardones enaltecen su catálogo, entre ellos la Medalla de Oro en el Segundo Concurso Internacional de Ballet Rudolf Nuréyev en Hungría (1996), el Prix Benois de la Danse, concedido a la mejor actuación masculina en Moscú (2009) y el Premio Nacional de Danza a la interpretación en España (2016).
Sobre el lauro conferido en su país expresó: ser reconocido en España donde la danza se aprecia muy diferente a como se valora en Cuba tiene un significado especial, que luego de tantos años se sintió bien recibirlo.
Igual fue su satisfacción cuando en 2009 le otorgaron el premio Benois de la Danse por su actuación en El hijo pródigo, obra del maestro y coreógrafo George Balanchine.
Con un talento que perfeccionó durante su formación en la escuela de Víctor Ullate, en Madrid, debutó como solista en compañías de prestigio internacional como el Pennsylvania Ballet, el American Ballet Theatre y el Ballet de la Ciudad de Nueva York.
Joaquín deviene orgullo para la danza en el mundo; como rayo de luz la ilumina y de ella se apropia para deslumbrar y dejar detrás de sí una estela de maestría bajo sus pies.
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