Tras recorrer campos de este territorio, considerado la meca del tabaco, el directivo recordó el panorama dejado por el meteoro en septiembre del pasado año.
Diez mil, de las 12 mil casas de cura natural de la hoja, fueron dañadas por el evento hidrometeorológico que también averió el resto de la infraestructura tabacalera, señaló Murillo.
Estuvieron en peligro las 26 mil toneladas de tabaco acopiadas y que permanecían en la provincia.
Su evacuación hacia otras regiones de la nación demandó del esfuerzo de todos los trabajadores de la agricultura pero también de los de ferrocarriles.
«Si las pérdidas no fueron considerables fue por la labor de todos porque todos se empeñaron en salvar lo producido», puntualizó el presidente de Tabacuba.
Los planes de siembra de la campaña, que inicialmente abarcaban 11 mil hectáreas, fueron rediseñados, y se plantaron áreas en correspondencia con la capacidad de cura existente.
Concluimos más de dos mil casas para el secado de la hoja y logramos plantar cinco mil 300 hectáreas de tabaco, heroicidad lograda por el esfuerzo de los trabajadores y especialmente de los vegueros pinareños, recalcó Murillo.
En la actualidad, Cuba organiza la nueva campaña cuyas siembras iniciales están fijadas para octubre venidero.
Cubriremos de 18 mil a 19 mil hectáreas con el objetivo de entregar a la industria 25 mil 500 toneladas de materia prima, informó el directivo.
En Pinar del Río recae el mayor volumen de las siembras pero también la responsabilidad de concluir cinco mil casas de cura natural para responder a los reclamos de la economía nacional, concluyó el presidente de Tabacuba.
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