La emblemática Plaza de Marte fue el ámbito donde tuvo lugar la gala inaugural, que reverenció al fallecido director de orquesta y compositor Adalberto Alvarez, quien durante años lideró la festividad hasta su interrupción por diversas razones hace alrededor de una década.
Horas antes, un recorrido desde ese punto hasta la escultura consagrada a Miguel Matamoros en el céntrico Callejón del Carmen, juntó a cultivadores de ese género musical de la cual la urbe es considerada como la cuna, en una tradición sostenida a lo largo de siglos.
Durante este sábado, en la Casa Dranguet se desarrolla el evento teórico del evento, auspiciado por el Museo de la Música Pablo Hernández Balaguer, en el que las ponencias reflejan el devenir de esa vertiente sonora que es parte indisoluble de la identidad cultural de los cubanos.
La filial provincial de la Unión Nacional de Escritores y Artistas y particularmente su presidente, el compositor Rodulfo Vaillant, han sido inspiradores y defensores de la reanudación de un jubileo que confirma a Santiago de Cuba como ciudad creativa musical, según la Unesco.
Hasta el próximo martes 9 se extenderá la cita, que incluirá la celebración el 8 del Día del Son, en homenaje a Miguel Matamoros, el director del trío afamado internacionalmente y compositor de piezas antológicas, junto a Miguelito Cuní, otro de los grandes, en sus fechas de nacimiento.
El Salón del Son, sede del Septeto Santiaguero; la calle Heredia, arteria cultural por excelencia con su Casa de la Trova; la intersección de Carretera del Morro y calle Tres, considerada el termómetro de la música bailable en Cuba, y la plaza de Ferreiro están entre las locaciones fundamentales.
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