“El Mayor vive cuando al amparo de los más preciados valores humanos, la Patria, la ley, la independencia nacional, se defienden peleando con las armas y, si no las hubiera, se pelea con la vergüenza», añadió el mandatario en Twitter.
Agramonte fue uno de los líderes más sobresalientes de la Guerra de los Diez Años (1868-1878) y considerado el más grande patriota de la central provincia de Camagüey.
Nació en la ciudad de Puerto Príncipe el 23 de diciembre de 1841 y fue ultimado en pleno combate contra las tropas españolas el 11 de mayo de 1873.
Como otros precursores de la rebeldía mambí, procedía de cuna adinerada y en ella se forjó, pero gracias a la cultura integral que pudo recibir también conoció sobre las ideas más avanzadas de la época, casi todas enmarcadas en la Europa del siglo XIX.
Doctorado en Derecho en 1867, la visión patriótica de Agramonte lo llevó a renunciar temprano a circundantes beneficios, y se incorporó a la manigua redentora en noviembre de 1868 dejando atrás a su querida esposa Amalia Simoni.
Debido al prestigio militar y estratégico de Agramonte, las autoridades del Gobierno de la República en Armas lo designaron, el 10 de mayo de 1872, jefe del distrito de la provincia de Las Villas, además de la de Camagüey, por su capacidad de aglutinamiento y de dirección, más allá de los regionalismos de la época.
Diversos han sido los calificativos con los cuales se honra su conducta patriótica y ética. Lo llamaron Paladín de la vergüenza, Hombre de hierro, coloso genio militar, héroe, mártir, ídolo de los camagüeyanos, y José Martí lo inmortalizó como un Diamante con alma de beso.
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