Un nuevo estudio examinó el impacto económico global de los océanos, cuyo valor se estima entre tres y seis billones (un millón de millones) de dólares, y evaluó el efecto de la actividad humana y de las crisis mundiales en diferentes sectores, como la pesca, el transporte marítimo y el turismo costero. El cambio climático, la contaminación y la sobrepesca amenazan los medios de subsistencia de esos tres mil millones de personas que dependen de los océanos para obtener alimentos e ingresos.
Ante esa situación la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad) reclama un acuerdo denominado Pacto Azul de ámbito global sobre comercio, inversión e innovación que sirva para utilizar de forma sostenible estas vastas masas de agua que albergan el 80 por ciento de todas las formas de vida.
El secretario general adjunto de ese organismo, Pedro Manuel Moreno, destacó la necesidad de encontrar el punto de equilibrio entre los beneficios que dan los océanos y la protección de sus recursos.
La consecución de este Pacto Azul impulsará las inversiones en sectores sostenibles emergentes que beneficiaría a los países en desarrollo, y para ello destaca dos sectores prometedores: el cultivo de algas marinas y los productos sustitutivos del plástico.
Además de las algas marinas, la naturaleza proporciona muchos materiales sostenibles que podrían utilizarse para fabricar versiones ecológicas de productos como los envoltorios de los alimentos, las pajillas u otros productos plásticos de consumo diario.
La lista de materiales que se propone y que abundan en muchos países en desarrollo, son el bambú, las cáscaras de coco, las plantas de plátano y los residuos agrícolas.
Se calcula que la inversión actual de 2,8 billones de dólares en cuatro soluciones oceánicas sostenibles –la conservación y restauración de manglares, la descarbonización del transporte marítimo internacional, la producción sostenible de alimentos basada en los océanos y la producción eólica marina– reportaría beneficios netos de 15,5 billones de dólares en 2050.
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