No estuvo Pedro, encumbrado por The Mandalorian y The Last of Us, para las preguntas y las respuestas en la sala Debussy de la paradisíaca ciudad de la Costa Azul y eso decepcionó un poco, sin embargo, el genio del cine español y mundial compensó con creces la ausencia, acompañado por el otro protagonista del corto, el ilustre estadounidense Ethan Hawke.
Almodóvar donde pone la idea, pone el éxito con sello propio, y los privilegiados amantes del séptimo arte esta tarde en el preestreno de Extraña forma de vida salieron una vez más convencidos de ello al finalizar los 31 minutos de duración de la peculiar historia, nada más y nada menos que un western de amor homosexual.
En su regreso al Festival, que ya anda por su edición 76, el manchego universal enamoró con su “Cannes es el mejor lugar”.
Para mí era más interesante hacer un corto que un largometraje o una serie, dijo Almodóvar, quien agradeció la presencia de Hawke.
Apenas en su segundo día, ya el Festival de Cannes, previsto hasta el 27 de mayo, tiene mucho que contar, de lo cual podrán dar fe los testigos ayer de la Palma de Oro honorífica recibida por el gran Michael Douglas o de la alfombra roja con los polémicos tempraneros Johnny Depp y la francesa Maïwenn, directora de la cinta Jeanne du Bary, encargada de abrir el evento.
Esta noche, en la fiesta del cine mundial comenzó la carrera por la Palma de Oro a la mejor película, con la proyección primero de Monster, del japonés Hirokazu Kore-Eda, ganador en 2018 del preciado galardón con Un Asunto de Familia; y después con El Regreso, dirigida por la también asidua en Cannes Catherine Corsini.
Un total de 21 largometrajes compiten por el premio máximo, que entregará el 27 de mayo el jurado encabezado por el realizador sueco Ruben Östlund, triunfador el año pasado con la comedia negra Triangulo de tristeza.
wmr