Hace ya cinco años de que el avión de la aerolínea mexicana Global Air, arrendado por Cubana de Aviación, se estrellara cerca de La Habana y ocasionara uno de los momentos más trágicos en la historia reciente de la isla.
La aeronave viajaba rumbo a la oriental provincia de Holguín, a unos 744 kilómetros de la capital y destino final del vuelo 972 que despegó aquel viernes 18 de mayo de 2018, a las 12:08, hora local.
Pero a los pocos segundos de haber alzado vuelo, el Boeing dio un giro y se precipitó a tierra en Alturas del Aeropuerto, una zona arbolada entre la terminal aérea José Martí y Santiago de Las Vegas, en el capitalino municipio de Boyeros.
De los 113 ocupantes de la aeronave, incluidos seis tripulantes mexicanos, cuatro personas pudieron ser trasladadas con vida, en estado crítico, al Hospital Universitario General Calixto García de la capital cubana y una murió poco después.
Mailén Díaz y otras dos jóvenes siguieron con vida, pero Grettel Landrovell (23 años) y Emiley Sánchez (39) fallecieron durante la primera semana siguiente al accidente, en tanto Mailén se salvó y aun continúa con vida.
La Comisión investigadora del incidente determinó que la causa más probable fueron las acciones de la tripulación y sus errores en los cálculos de peso y balance, que llevaron a la pérdida de control y desplome de la aeronave durante la etapa de despegue.
Ese accidente fue el segundo con más muertes en Cuba, solo superado por un evento similar en 1989 con 150 personas.
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