Comandados por Lebron James y Anthony Davis, los Lakers están contra la espada y la pared luego de perder los tres primeros desafíos de la serie final del Oeste, por 126-132, 103-108 y 108-119, este último en casa.
Ningún equipo logró darle vuelta a un 0-3 en playoffs en las 75 ediciones anteriores de la NBA, desde su fundación en 1946, por lo que la encomienda se antoja titánica en grado superlativo.
Más compleja aun, si tenemos en cuenta el descomunal estado de forma del gran pilar de los Nuggets, el pívot serbio Nicola Jokic, quien promedia 29.9 puntos, 13.2 rebotes y 10.1 asistencias por partido en la postemporada, un triple doble global de otra galaxia.
Lebron y compañía deberán jugar hoy como un reloj suizo en su cuartel general, para poder hacer historia y plantar un precedente nunca antes visto.
Por otra parte, en la final de la Conferencia Este, los Heat de Miami volvieron a dar la clarinada ayer y pusieron 3-0 el enfrentamiento contra los superfavoritos Celtics de Boston.
La escuadra del sur de la Florida apabulló por 128-102 la víspera a los Celtics, con fantástico despliegue colectivo, tanto en ofensiva como en defensa.
Su líder, Jimmy Butler, marcó 16 puntos, repartió seis asistencias y recogió ocho rebotes, y fue secundado magistralmente por Gabe Vincent y Duncan Robinson, quienes anotaron 29 y 22 cartones, respectivamente.
Si los Heat logran sentenciar esa eliminatoria sería una de las más grandes sorpresas de todos los tiempos en el baloncesto de Estados Unidos, pues Boston partía como amplio favorito para imponerse.
Ese match continuará mañana en la casa de los miamenses.
Vale recordar que los Heat accedieron a la postemporada mediante un boleto de play-in, y a partir de ahí, siempre como cenicienta, tumbaron a los Bulls de Chicago, a los megafavoritos Bucks de Milwaukee y a los Knicks de Nueva York, antes de poner en jaque ahora a los todopoderosos Celtics de Boston.
mem/yas