De acuerdo con el Ministerio del Interior, se controlarán sobre todos los vehículos procedentes de Hungría, Rumanía y Serbia.
La semana pasada, las autoridades húngaras comenzaron a implementar un decreto aprobado por el presidente Viktor Orbán, según el cual se pondrán en libertad a encarcelados por tráfico de personas con la condición de que abandonen el país en un plazo de tres días.
Tal y como informó el consejero húngaro de Seguridad Nacional, Gyorgy Bakondi, este año detuvieron a 387 presuntos culpables de ese delito.
Según él, ese número representa un 12 por ciento de la población carcelaria de Hungría y es una carga extraordinaria para el Estado.
Por su parte, las autoridades austriacas consideraron que las personas liberadas pueden pertenecer al crimen organizado y sus actos brutales ponen en peligro vidas humanas en la nación.
Además de reforzar el control fronterizo, el ministerio austriaco reevaluará su cooperación con las fuerzas de seguridad húngaras, al mismo tiempo que considerará tomar otras medidas al respecto.
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