


A la cita asistieron la viceministra de Relaciones Exteriores de Cuba, Anayansi Rodríguez, el ministro de Cultura Alpidio Alonso, embajadores, diplomáticos y jefes de misión acreditados aquí, así como investigadores y personalidades afines al mundo de la plástica.
Este acontecimiento cultural honra las marcas de las culturas africanas y la construcción de relatos, a través de los cuales es posible repasar imaginarios artísticos contemporáneos, expresó la investigadora y ensayista Lázara Menéndez. África, herencia y arte contemporáneo son nociones que despiertan en cada uno de nosotros emociones de diferentes alcances, especialmente África, que en virtud de su inmensidad se resiste a la síntesis y perturba a los universales modernos, convirtiéndose en un desafío para artistas, críticos y curadores, destacó Menéndez.
Mientras, el director general de Asuntos Bilaterales del Ministerio de Relaciones Exteriores, embajador Ángel Villa, manifestó que no hay mensaje más elocuente y que necesite solo dos palabras para crear un vínculo afectivo natural que decir mírame madre.
Sin querer parafrasear a José Martí en la dedicatoria a su progenitora, nace esta muestra vital, orgánica y muy sentida de un grupo de renombrados artistas plásticos cubanos, dijo Villa.
La relación de Cuba con África es un nexo de ida y vuelta, dimos y daremos todo lo que esté a nuestro alcance, sostén para conquistar la independencia, recursos humanos capacitados o apoyo a sus causas justas, y recibimos de vuelta solidaridad, experiencias de vida y un sustento valioso contra el bloqueo, continuó el diplomático.
Hasta el 31 de agosto, el conjunto de obras pictóricas agrupa la maestría con el pincel de creadores como Belkis Ayón, José Bedia, Roberto Diago, Moisés Finalé, María Magdalena Campos, Jesús González, Alberto Lescay, Manuel Mendive, René Peña, Marta María Pérez, Eduardo Roca (Choco) y Santiago R. Olazábal.
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