Al dirigirse a los diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular (parlamento), durante la jornada previa al segundo periodo extraordinario de sesiones de la décima legislatura, el mandatario describió la tensa situación económica y social de la isla.
La misma está marcada por una aguda crisis global tras la pandemia de Covid-19, que profundizó las diferencias y conflictos internacionales, a lo cual se suma el bloqueo económico de Estados Unidos, recrudecido con más de 240 medidas coercitivas y la inclusión en la lista de países que supuestamente patrocinan el terrorismo.
Díaz-Canel apuntó como otro elemento a tener en cuenta, el complejo escenario demográfico del país, con un acelerado envejecimiento poblacional y cada vez menos población económicamente activa.
En medio de esas variables, la nación caribeña no renuncia al desarrollo económico, pero para ello es necesario avanzar en el plan de estabilización macroeconómica, que incluye acciones para contrarrestar la inflación, disminuir el déficit fiscal, superar las brechas entre el salario y el poder adquisitivo, incrementar la disponibilidad de divisas, entre otros asuntos.
Añadió que se trabaja en impulsar la producción local de alimentos, pero es una de las insatisfacciones que persisten, pues no se ha logrado comprender en la base su necesidad.
Hoy la principal vía de acceso de la población a los alimentos es la canasta básica normada que suministra el Estado y que se sustenta en la importación, cuando muchos de esos renglones podrían producirse en el territorio nacional, acotó.
Significó la importancia de recuperar el papel de la empresa estatal agropecuaria, algo que no solo tendría incidencia en incrementar las ofertas, sino también en la regulación de los precios y la disminución de las cadenas de intermediarios.
De forma general, señaló como prioridad las inversiones en la producción de alimentos, con capital nacional y foráneo; así como implementar varias ideas previstas en el programa de soberanía alimentaria y educación nutricional.
Particularmente abordó la cuestión de los precios elevados, cuya atención demanda más producción y mejor contratación, pero también enfrentamiento a la especulación, el enriquecimiento y las ventas ilegales.
Comentó que otras líneas de trabajo son el desarrollo del turismo local sostenible, la ampliación de los mercados emisores de viajeros y la diversificación de las ofertas turísticas.
Asimismo, aprovechar las capacidades ociosas en la industria y eliminar el inmovilismo y la demora en cuestiones relativas al comercio exterior y la inversión extranjera; fomentar los negocios con cubanos fuera de fronteras y promover la producción nacional en general.
Díaz-Canel enfatizó en que el país necesita potenciar todo aquello que permita ingresar divisas e incrementar la batalla contra la corrupción.
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