Esa afirmación la corrobora el tercer Consejo Conjunto de las partes que sesiona hoy en La Habana. La cita trasciende en un ambiente constructivo, de franqueza mutua y con la voluntad de encontrar espacios para impulsar nexos que están próximos a cumplir 35 años de establecidos.
El Gobierno de la isla caribeña y la Comisión Europea no reparan para sentarse a dialogar, pese a los antecedentes de unos vínculos influenciados siempre por la agresiva política de Estados Unidos contra Cuba.
Pese a ello, el bloque comunitario abandonó en 2016 la denominada Posición Común, alentada por el gobierno español de José María Aznar, que mantuvo por 20 años alejada la posibilidad del entendimiento y la cooperación en temas sensibles para las 27 naciones europeas y el país antillano.
Con la aprobación del Acuerdo de Diálogo Político y la Cooperación (ADPC) entre UE-Cuba, que empezó a implementarse provisionalmente en noviembre de 2017, las partes pusieron sobre la mesa de conversaciones cuestiones regionales de interés mutuo en el ámbito geográfico de sus naciones, y asuntos globales de interés compartido, como la migración y el terrorismo internacional.
A la Unión Europea le interesa estrechar sus vínculos con América Latina en víspera de la celebración el 17 y 18 de julio de una cumbre, en Bruselas, con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños.
En tal sentido, el bloque comunitario, con España próxima a asumir su presidencia rotatoria, aprecia que Cuba es una voz importante en el concierto de países latinoamericanos.
Aunque la prensa internacional acentúa temas álgidos donde existen enfoques diferentes como el los derechos humanos, La Habana y Bruselas avanzan en proyectos de cooperación bilateral en áreas de la agricultura sostenible y seguridad alimentaria, energía renovable, cambio climático y modernización de la economía.
Como parte del ADPC que se actualiza hoy aquí, existe un programa para 2021-2027 centrado en el apoyo a municipios sostenibles y en dinamizar la economía nacional, con énfasis en las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Mipymes), y en otros sectores como energía, tecnologías de la comunicación, culturas creativas y biotecnología.
Por otro lado, Europa agradeció la presencia de dos brigadas médicas Henry Reeve, que en el contexto de la pandemia de covid 19, acudieron a las regiones italianas de Lombardía y Piamonte, y al Principado de Andorra.
El gesto trascendió como un símbolo de la colaboración bilateral que abre numerosas oportunidades para el relacionamiento mutuo.
Asimismo la contraparte cubana agradece la postura de la UE respeto al criminal e injustificado bloqueo de Estados Unidos. En varias ocasiones, el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Seguridad, y vicepresidente de la Comisión Europea, Josep Borrell, ha condenado el engendro norteño.
El jefe de la diplomacia de la UE también está en contra de la inclusión de Cuba en la espuria lista de países patrocinadores del terrorismo, según declaraciones recientes.
Mientras tanto, el bloque de los Veintisiete vota en masa a favor de las resoluciones de la ONU que piden el cese del cerco económico, financiero y comercial contra la isla antillana.
Los elementos expuestos reafirman que la relación Cuba- UE es civilizada, entre pares diversos que, reconociendo las diferencias, abordan todos los temas sobre la base del respeto y la no injerencia en los asuntos internos, mientras potencian las áreas de interés común.
lam/lld