Este país mantiene una política de hostilidad hacia Rusia que incluye sanciones económicas y propaganda mediática negativa, como parte de una campaña de Occidente y la Unión Europea, tras el lanzamiento por parte de Moscú de la operación militar especial en Ucrania.
Pese a que Rusia dijo en su momento que el despliegue busca desmilitarizar ese país y que las normativas en su contra tendrían un efecto bumerang, la campaña en su contra continúa.
En ese contexto, y según declaró en una rueda de prensa el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Christofer Burger, la medida responde a una decisión de Moscú de reducir la presencia germana en el país a 350 personas.
El cese definitivo de las actividades en Kaliningrado, Yekaterimburgo y Novosibirsk será en noviembre, mientras que se mantendrá la embajada alemana de Moscú y el consulado general en San Petersburgo, agregó el vocero.
Burger dijo que la decisión fue comunicada hoy al Ministerio de Relaciones Exteriores ruso y se pidió a Moscú comenzar de inmediato con las gestiones para que el proceso concluya a más tardar el 31 de diciembre próximo.
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