En su primera estimación, la entidad atribuyó la ralentización a la disminución del costo de la energía, la alimentación, los productos manufacturados y los servicios.
Según el Insee, en mayo el precio de los alimentos subió un 14,1 por ciento, indicador que había aumentado en abril un 15, mientras el de la energía lo hizo en un dos por ciento, contra un 6,8 el mes pasado.
Pese a la mejoría, la inflación sigue golpeando el bolsillo de los franceses, un escenario que el Gobierno prevé que comience a quedar atrás para el final del verano o principios del otoño, sin embargo, algunos expertos consideran esta visión oficial demasiado optimista.
En abril el país lidió con un aumento de los precios de bienes y servicios del 5,9 por ciento.
rgh/wmr