Asimismo, el presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), Esteban Lazo, subrayó en Twitter que consecuentes con el ideario del Héroe Nacional cubano, José Martí, «para ellos también trabajamos, (como él dijera) los niños son la esperanza del mundo”.
En este sentido el Gobierno de la nación caribeña señaló que en Cuba la infancia ocupa un lugar sagrado y se trabaja en una Política de Atención a la Niñez y las Juventudes, que se presentará en la ANPP en la primera sesión ordinaria de la X Legislatura, en julio próximo.
Aladió que esa legislación se orienta hacia articular todos los factores que intervienen en las diversas condiciones que viven las niñas, niños, adolescentes y jóvenes cubanos.
Pretende además transversalizar sus derechos y concebir a las generaciones jóvenes como actores estratégicos del desarrollo.
La Política…responde a la importancia que el Estado cubano brinda a las niñas, niños, adolescentes y jóvenes, su adecuación al contexto demográfico y socioeconómico actual, así como a la necesidad de transformar la legislación vigente en correspondencia con la Constitución.
El cuerpo legislativo creado a lo largo de seis décadas coloca a los niños en el centro de atención y garantiza su supervivencia, desarrollo, protección y participación en la sociedad.
Para asegurar esos derechos cuenta, entre otras disposiciones, con los códigos de las Familias, del Trabajo y de la Niñez y la Juventud, así como la ley de la maternidad.
Varios programas para el amplio empleo de la televisión con fines educativos, el estudio masivo de la computación y la más completa cobertura con docentes integralmente preparados, permiten el desarrollo pleno de los menores.
La isla tiene además 440 escuelas especiales, con una matrícula superior a los 56 mil alumnos, que cubren las necesidades educacionales de los niños con discapacidades.
De acuerdo con el vicepresidente del Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas, Luis Ernesto Pedernera, el trabajo de Cuba en la protección a su infancia es encomiable y puede ser comparado con países del primer mundo.
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